“La plata más cara es la que no se tiene” es una frase de la sabiduría popular, pronunciada desde hace muchos años por miles de empresarios, grandes, medianos y pequeños de nuestro país. Y no les falta razón.
Acceder al capital de trabajo requerido para darle oxígeno a la operación de una compañía, cualquiera fuere su tamaño, ha sido, es y será siempre uno de los más difíciles retos, generando dificultades a la hora de contar con un flujo de caja adecuado.
Ciertas crisis, como la que generó la ya superada pandemia, evidencian aún más la vulnerabilidad de las empresas, especialmente las Pymes, frente al hecho de no tener opciones de fácil acceso para la obtención de recursos económicos, bien sea para navegar a través de una coyuntura o para la inversión en la recuperación y crecimiento como hoy lo vemos.
Por fortuna sí existen opciones para cubrir esas necesidades de liquidez y estas nacen del documento más importante y frecuente en las transacciones comerciales: la poderosa factura de venta.
Recibir el pago anticipado de las ventas a crédito, casi como si fueran de contado, es un beneficio enorme y un privilegio que debemos incentivar. Desde hace unos años, productos que logran este objetivo, como el factoring y el confirming, comenzaron a tener un espacio entre las alternativas financieras para los empresarios. Para ese momento, operaciones con mucha manualidad y cierta resistencia por parte de algunas grandes empresas dificultaron que estas transacciones dominaran el panorama.
Luego, la llegada de las fintech y sus novedosos desarrollos tecnológicos ayudaron con la eliminación de buena parte de los desgastes operativos y con un importante sello de seguridad en las transacciones. Es así como hoy en día la oferta de soluciones se ha ampliado, permitiéndole a las empresas anticipar la recepción del pago de sus facturas por cobrar, bajo respaldos jurídicos y tecnológicos de los que nos hemos ido apropiando en los últimos tiempos. La llegada y masificación de la factura electrónica ha jugado un papel vital en el fortalecimiento del factoring en Colombia, que ha visto tasas de crecimiento de doble dígito en estos tiempos.
Y todo está mejorando aún más. La entrada en vigencia hace poco más de un año del registro público de facturas que administra la DIAN, conocido como RADIAN, fue un impulso definitivo en términos de facilidad y transparencia para el acceso a financiación, pues este sistema entrega garantías y certezas a todas las partes involucradas en la negociación de facturas, haciendo posible la masificación del factoring.
Para que tengamos una idea de la dimensión de lo que se podría lograr, actualmente en Colombia casi 700.000 empresas emiten poco menos de 6 millones de facturas al día, de las cuales cerca del 60% son a crédito. ¿Se imaginan la dinamización de la economía cuando la mayoría de las empresas en Colombia encuentren y utilicen factoring y/o confirming como opciones de liquidez?
La utilización de tecnología de punta, los altos estándares en seguridad de la información y el incremento constante del número de empresas que aprovechan estas soluciones, han logrado multiplicar el decidido interés del sistema financiero. Ante esta nueva realidad, Bancos, Fondos de Inversión Colectiva, sociedades no bancarias e incluso fondos del extranjero, entre otros actores, están preparados para ofrecer los recursos que requiere el tejido empresarial a través de estas operaciones.
Un Sistema de Negociación Electrónica con modelos disruptivos, como Cesionbnk, hace posible que cualquier empresa obtenga el pago anticipado de sus facturas por cobrar sin esperar los 45, 60 o incluso más días de su plazo original, todo esto por un costo más que razonable, sin mayores requisitos y con una rápida definición y desembolso.
Es hora de aprovechar las valiosas herramientas tenemos a nuestra disposición para mejorar nuestra caja: factoring para anticipar el pago de los clientes y confirming para la gestión eficiente de las obligaciones con los proveedores.